Nos lo cuenta David Monge, geólogo, vecino del Parque y alma máter de geoGata
Reproducimos a continuación la respuesta a una pregunta repetida mil veces: ¿Dónde están los volcanes?
La respuesta nos la da David Monge, geólogo, vecino del Parque y alma máter de geoGata:
«En mi larga experiencia como guía geólogo para familiares y amigos, y en la que voy acumulando desde que geoGata se inició como empresa, no hay una pregunta que se haya repetido en más ocasiones. ¿Dónde están los volcanes? ¿Esa montaña es un volcán? Y no es cualquier cosa, más bien es, si la respuesta se enfoca adecuadamente, el punto de partida de una maravillosa aventura de observación de la naturaleza, de un viaje en el tiempo hacia un paisaje sumergido, repleto de chimeneas humeantes, arrecifes de mares tropicales, erupciones volcánicas y explosiones, y criaturas a veces conocidas y a veces sorprendentes. La posible decepción inicial (por no ver un volcán tal y como nos lo imaginamos al oír hablar de los volcanes de Cabo de Gata) debe transformarse, gracias al buen hacer del intérprete, en una ventana a un mundo de descubrimientos y aventura. Y éste es un arte que se aprende con el tiempo.
Y la respuesta, al menos inicial, es que ya no hay volcanes en Cabo de Gata. Ciertamente, la actividad volcánica cesó hace aproximadamente unos 7 millones de años (recordadme que proponga un símil muy ilustrativo para poder acercarnos un poco a lo inabarcable del tiempo geológico), y desde entonces la erosión ha cumplido su papel.
(Fotografía geoGata)
Desde luego hay algunos matices. Tal es el caso del Cerro del Fraile, coronado con dos domos de andesita con disyunción columnar (que están catalogados como georrecurso en el inventario andaluz de patrimonio geológico). Este cerro, que desde luego en su día fue un volcán, hoy no es más que lo que queda de él, y su morfología atiende más bien a criterios erosivos que a su origen (sin obviar que la erosión y la morfología están controladas por la presencia de diversos tipos de roca y estructuras geológicas). Los domos serían los restos, parcialmente erosionados, del último episodio eruptivo, en el que la lava quedó emplazada bajo el cráter, y allí se enfrió y se solidificó. Debemos pensar, por lo tanto, que la cima del volcán, la coronación del cráter, estaría situada varios cientos de metros por encima de los 493 actuales. Y sin duda el diámetro de la montaña sería considerablemente mayor del que hoy presenta.
(Fotografía geoGata)
Pero debemos empezar a diferenciar entre tipos de edificios volcánicos, pues si algo está claro es que la morfología actual de estas montañas también está asociada al tipo de volcán original. Los 7 a 15 millones de años que hace que el vulcanismo de Cabo de Gata tuvo lugar no afectan por igual a un estratovolcán como el Cerro del Fraile, a una Caldera como las de Rodalquilar o la Majada Redonda, o a un simple cono de cenizas. Hay que añadir que la mayoría de los edificios volcánicos mejor conservados de la zona están protegidos en su cima, bien por rocas calizas (procedentes de arrecifes y restos de organismos fosilizados que se desarrollaron en un mar somero en las etapas finales de actividad volcánica), bien por rocas volcánicas especialmente resistentes, caso de las coladas de lava o los domos del Fraile.
En próximas entregas hablaremos de los diferentes edificios volcánicos que nos encontramos en Cabo de Gata, de otros parecidos en diversos lugares del mundo, y de los procesos que conducen a la formación de cada uno de ellos. Y empezaremos con el más espectacular de ellos, la caldera volcánica, fruto de una erupción de dimensiones descomunales, y una de las morfologías más reconocibles en los paisajes volcánicos.»
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(Fotografía geoGata)
Advertencia: conocer el Parque puede hacer que te enamores de este increíble lugar.
